Posteado por: rodriguezpascual | 10 enero 2011

Correr los gallos: rito y juego.


Correr los gallos: rito y juego.

Algunos pueblos zamoranos han celebrado ya su “corrida de gallos”. Otros lo harán en fechas posteriores a la Pascua, tradición ésta de correr los gallos que fue común a la mayor parte de las regiones peninsulares. hoy se conserva en muy pocos sitios.

Escribía Sebastián de Covarrubias a comienzos del siglo xvii: “La razón que se ha  introducido el correr los gallos por carnestolendas es porque se han comido aquellas fiestas las gallinas, y porque no quede solo y viudo (el gallo). Otros dicen significar en esto la mortificación del apetito carnal, por cuento esta ave es lujuriosa, y con tanta furia, que el hijo mata al padre sobre cuál de los dos subirá la gallina, aunque sea la

que engendró su huevo; de donde vino que, entre otros animales que echan al odre o cubo del parricida, uno de ellos es el gallo”.

Después de estudiar concienzudamente varias corridas de gallos, y de analizar con detenimiento algunas “relaciones” antiguas, en especial una pieza-testigo que llegó casi milagrosamente a mis manos, saqué la siguiente conclusión: la corrida

de gallos es un auténtico rito sacrificial… En una relación “tipo” se pueden distinguir con relativa facilidad estas tres partes:

1º) Enumeración de las fechorías y pecados cometidos por el mozo

corredor en su no larga existencia.

2º) Trasferencia de dichos pecados al gallo, “animal salaz y lujurioso” (dice  Covarrubias), símbolo del mal (lo mismo que el macho cabrío), aunque a veces se le menciona como ejemplo de vigilancia, de valentía, de orgullo, de espíritu erguido, arrogante, altivo, peleón…; sus espolones belicosos, su cresta incitante, su plumaje llamativo, parecen ayudarle en ese sentido.

3º) El gallo es condenado –expresa y solemnemente– a morir decapitado, a través de una especie de sacrificio expiatorio de naturaleza cruenta. Desde tiempos antiguos y en diversas culturas, el gallo ha sido considerado como un animal sacrificial. Recordemos a Sócrates y su ofrenda a Esculapio de un gallo antes de tomar la cicuta.

A estas partes esenciales de la relación se suelen agregar otras accidentales: saludos a los asistentes al acto, comenzando por las autoridades locales; alusiones a incidencias en la vida de las familias del pueblo en general a lo largo del año transcurrido; divagaciones y evocaciones líricas… Sí pertenece directamente a la celebración la comensalidad final. El corredor –único sacerdote del sacrificio– se cree con pleno derecho a comer el gallo. Reza así un refrán muy antiguo: “El que solo se corre su gallo, solo se ensilla su caballo”. El mozo inmolador comerá el gallo del sacrificio de sus deudos y amigos cuando se marchen los visitantes: “Iránse los huéspedes, y comeremos el gallo”.

La fiesta no puede terminar en solas plumas, como dice otro proverbio: “Daca el gallo, toma el gallo, quedan las plumas en la mano”. Además de rito sacrificial, la corrida de gallos es actualmente un clarísimo “rito del paso”. La celebración está protagonizada

por los mozos que entran en quintas, una vez reconocida oficialmente su mayoría de edad. Precisamente, en torno a esa entrada en quintas se han ido organizando los principales ritos de paso de nuestra área cultural. Ritos que tal vez no fueron de  paso  –hablando con rigor– en sus inicios, pero que adquirieron esa impronta con el correr de los siglos. La importancia paradigmática de los ritos de paso ha sido suficientemente subrayada por los antropólogos, y de una manera especial por A. Van Gennep. Suyas son estas palabras, citadas a veces fuera de contexto, que se refieren a los ritos en general: “su tendencial disposición es siempre y en todas partes la misma; bajo la multiplicación de las formas, se encuentra siempre, consciente o potencialmente, una secuencia “tipo”: el esquema de los ritos de paso”.

Por último, la corrida de gallos posee también un patente carácter lúdico. Dentro de un ambiente inequívocamente festivo, dicha corrida se nos presenta como un juego competitivo de destreza en la montura del caballo (o asno), en el acierto con la espada o con los dedos orientados en forma de “V” hacia el pescuezo del gallo, etc. Se afirma en el Diccionario de Autoridades: “Correr gallos: juego de destreza… en que al gallo, colgado de la cuerda, se ha de cortar la cabeza con la espada”.

Para la parte documental he seleccionado una relación correspondiente a la corrida de gallos celebrada en Guarrate, el año de gracia de 1948, en pleno auge del llamado nacionalcatolicismo. Esta circunstancia explica –creo yo– cierto tono piadoso y moralizador que aparece en el magnífico rimero de versos que ofrecemos a nuestros lectores. Es autor de los mismos Wenefrido de Dios, extraordinario poeta y versificador

popular, el cual, durante años y años, ha elaborado las relaciones declamadas por los quintos ante el gallo colgado de la maroma o cordel. Pienso publicar alguna más en estas Hojas de Cultura Tradicional. Cosas como las relaciones y personajes como Wenefrido marcan o jalonan la existencia de los pueblos con mayor veracidad que las autoridades más encopetadas.

Agradezco a Juan Manuel Rodríguez Iglesias que me haya proporcionado el texto, transcribiéndolo del original manuscrito. Y atención a este joven investigador. si le ayudan eficazmente las instituciones, puede proporcionar días gloriosos a la etnología

zamorana.

En algunos pueblos llaman “gallitos” a los mozos que corren los gallos. El  anteriormente mencionado Covarrubias explica así el significado de “gallitos”: “los moçalbetes entonados, enamoradizos y arricados”.

Relación de Fasio.

1ª Pueblo natal,

Villa austera,

aldea donde cualquiera

practica el bien, no el mal;

donde por lema o ideal

existe sólo el amor

y el sueño conciliador

que embriaga corazones,

paz como manda el Señor.


2ª Paz, porque somos hermanos;

Paz, porque juntos vivimos;

Paz, porque aquí convivimos

vida en paz como cristianos.

Paz, porque paz es de hermanos;

Paz, porque paz es amor,

y el rudo trabajador

en el campo busca paz

que dé como fruto un haz

bendecido del Señor.


3ª Con paz a la concurrencia,

envuelta en satisfacción,

le doy la salutación

que me dicta mi conciencia.

A la digna presidencia

que rige un destino ciego,

al noble y rudo labriego,

al anciano, mozo o niño,

les deseo con cariño

Paz, bienestar y sosiego.

(Te cubres)

(Pausa larga)


4ª En el sonoro concierto

de una masa popular

siempre se ve destacar

lo que aquí también advierto;

es el reflejo juvenil;

hoy aprecio de perfil

ese grupo que cual flores

ofrecen en sus colores

dichas y goces un mil.


5ª Bella estampa del lugar

que por si sola refleja

el porqué junto a una reja

se ponga un mozo a cantar

y en su nocturno rondar

con ecos trasnochadores,

sufra los crueles rigores

de una noche fría, oscura,

por lograr esa ventura.

de unos sencillos amores.


6ª Y el mozo canta y se afana;

sólo busca en su cantar

que le lleguen a escuchar

más allá de una ventana;

es esa alegría sana

que perdiendo su quietud

lleva en ella la virtud

de encontrar en las mujeres

los anhelados quereres,

goce de la juventud.


7ª Yo no os podría ensalzar

cual vosotras merecéis,

y os ruego me perdonéis,

pues aunque intentase hablar

y en bellas frases probar

lo que aprecio al bello sexo,

sería hacer un exceso

sin poderlo discernir.

Sólo hoy de mí recibid

como admiración un beso.

(Pausa larga)


8ª ¿Qué canto entonar podría

para ensalzar la ocasión

y que con satisfacción

me escucharais este día?

Hablar de esta tierra mía

deseaba con anhelo;

será para mí un consuelo

que al ofrecerte mi amor

dé una balada en tu honor

pisando tu mismo suelo.


9ª Ya sabéis que es labradora

que en el trabajo se afana,

que es buena, honrada cristiana,

que es tranquila y soñadora,

que igual sufre, pena o llora

como le gusta reír;

que se sabe divertir,

y al pobre limosna dar,

y, si le llega a faltar,

también la sabe pedir.


10ª Que hay concordia y amistad,

que hay grata ciudadanía,

y con dulzona armonía,

existe la lealtad;

que en bella fraternidad,

sin consecuencias fatales,

se afana en evitar males,

procurando en ocasiones,

aplacar las discusiones

haciendo a todos iguales.


11ª Aquí llevamos por lema

rendirle culto al trabajo

y los cerros del tajo

son renglones de un poema.

Los veranos son el tema

cual frases del corazón;

nuestra enseña el azadón,

nuestro ideal la cosecha,

la política fue hecha

muy lejos de este rincón.


12ª Todo el que vive de engaño

odiando a muerte el trabajo,

mirando luego hacia abajo,

pagará caros sus daños;

tú hoy sufrirás desengaños

por lo que antes has gozado

de tu vida. ¿Qué has sacado

por tus picias y ruindades,

por tus locas vanidades?

Hoy te encuentras maniatado.

(Pausa)


13ª ¿Creíste no iba a saber

al venir a pretender

que eras un hombre casado

y que no habías enviudado

como tu hacías creer?

Y del oficio abusando

te quisiste aprovechar,

mas hallaste al tocar

algo que no ibas buscando.

Y tuviste que callar.


14ª Sé que en más de una ocasión

por tal, “te se” vio el plumero

pues llevaste un bofetón,

te salía bien el primero

y repetiste la acción.

De los casos principales

por que pasa el delincuente

fui allá en las Escardadales,

conquistando por iguales

a dos de la permanente.


15ª Algo debió suceder

por donde pasa una pista

o camino, al parecer,

allí las dio de comer

y fue fácil la conquista.

Llegaba a casa a cenar y nota

algún malestar,

enseguida a otro apelaba,

porque se pudo informar

que éste el escozor gustaba.


16ª Se introdujo en nuestra casa

y allí de golpe y porrazo

pone a los avisos tasa,

las conferencias repasa

y al subsidio echa un vistazo.

Ordena sin dilación:

cuando oigáis una llamada,

acudir si hay ocasión;

y aunque os llamen meticón,

escuchar sin decir nada.


17ª Si es que el asunto interesa,

Tomar apuntes corriendo;

en claro lo vais poniendo;

lo dejáis sobre la mesa,

que yo lo iré viendo.

Le gusta poco ordenar;

por no sabernos mandar,

muchos días al salir

no sabemos dónde ir

y tenemos que saltar.


18ª Te llegas al Chivitero,

luego a los Hoyos te bajas,

la de la Atalaya rajas

aricas en el Bebedizo

y aras del Griñón las pajas.

Como tiempo ha de sobrar

pues la tarea no es mucha,

tenemos el Vacillar

y quitas alguna lucha

donde estuvo el melonar.


19ª Si por ser dura la brega

algún macho se te niega,

trátamelo con recato;

al ganado no se pega;

vuelves el Domingo un rato.

Para poderse acordar

de lo que suele mandar,

aunque el terreno esté tierno,

hay que saberlo anotar

y preparar un cuaderno.


20ª La cuenta quiso llevar

de los zorros que hay en cuna

y para hacerla oportuna

se hace a mi padre anotar

la fecha en que cumple alguna.

Un extenso documento

manda para terminar;

más se pudo cerciorar

que en escrito tuvo aumento

cuando al dueño fue a parar.


21ª El papelito en cuestión

iba bien de redacción

y con no mala escritura;

más salió con un borrón

al pasar por la censura.

Tus culpas creo sobradas

con las hasta aquí contadas

para poder castigar

a quien no supo actuar

más que en artes depravadas.


22ª Faltas que se han encontrado

de las llevadas por cuenta

en tu juicio terminado,

según consta en atestado,

tuviste más de cincuenta.

Por lo tanto, al tribunal

que preside el “juicioral”

suplico dicte la suerte

que la espera al que hizo mal.

Capitán: Yo exijo pena de muerte.


23ª Teniente: Me parece rigurosa

esa pena capital.

Fasio: Él en su vida obró mal.

Capitán: Se cumpliría un deber

si con él se hiciera igual.

Teniente: No soy de ese parecer.

La conducta no fue buena

y se debe castigar,

pero no con esa pena.

Gracioso: Lo debemos de matar,

porque si no es poca cena.


24ª Capitán: La justicia atropelló.

Fasio: Derechos de otro violó

sin atribución alguna.

Capitán: Y su lengua inoportuna

gozosa los divulgó.

Teniente: Cierto es todo; y sin

embargo

contra vuestras opiniones’

él tendría sus razones

(Gracioso: Darte pues sería

amargo

no chupar sus espolones)

Capitán: Sólo encuentro en su

descargo

picias y malas acciones.


25ª Teniente: Me opongo a que un

inocente

caiga sin justa razón.

Capitán: Ilusoria pretensión;

el que ampara la traición,

ni es honrado, ni es valiente.

Como capitán ordeno

su muerte sin dilación.

no intentes apelación.

Si en tu vida no hubo freno

tampoco habrá compasión.

Teniente: Jamás nadie me ha

tachado

de cobarde en mi presencia.

Fasio: Haya paz, y que en conciencia

dicte el pelotón formado.

Todos: La muerte por penitencia.


26ª Fasio: Cual guadaña vengadora

o instrumento justiciero,

contra el loco pendenciero

brille presto y sin demora

en vuestra mano el acero,

(desenvainando).

Loca risa y alegría

gozaste con tus proezas.

Hoy purgarás las flaquezas

con una cruel agonía,

entre lloros y tristezas.


Wenefrido de Dios  (Guarrate, 1948)


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